Junto a Canelones y Montevideo, Colonia es el tercer departamento con mayor índice de población de origen italo-helvético. Sin embargo, a diferencia de los primeros, la cantidad de sus habitantes es bastante inferior y se hallan dispersos en varios emplazamientos urbanos de menor consideración. Por lo tanto, esto ha favorecido la evolución de pequeñas comunidades desvinculadas del estilo de vida y de las costumbres de otros rincones de Uruguay. Cabe aclarar que no son pueblos desarraigados ni independentistas sino que, por el contrario, se han adaptado al entorno uruguayo y a sus costumbres sin perder las suyas. Este acontecimiento tiene lugar a fines del siglo XIX y a comienzos del XX, cuando la situación económica de Europa era inestable y numerosas familias buscaban un mejor porvenir en América. Colonia, dada su condición de puerto, albergó a una considerable masa de inmigrantes de orígenes varios, entre ellos, de Suiza, Italia, Polonia, España, y de Francia y Alemania en menor medida. Con el paso del tiempo se haría notar la influencia extranjera sobre la local, fundándose nuevos pueblos y predios rurales y haciendo cuenta a nuevas tradiciones. Aunque su lengua materna se ha ido perdiendo con los años en detrimento del español, el legado que han dejado es invaluable, al extremo de que es imposible hablar de Colonia sin hacer referencia a sus quesos suizos (semiduro, el típico "colonia", artesanal, roquefort, etc), a sus pizzas, a sus mermeladas caseras, a su gastronomía a base de pescado, salsas italianas (como la carusso), pastas (agnolotis, ñoquis, sorrentinos), y a su viticultura.
Las ciudades que han sido fundadas por los inmigrantes son: Nueva Helvecia (antes llamada Colonia Suiza), Colonia Valdense, y Colonia Piamontesa (creada por ciudadanos oriundos de Piamonte, región del norte de Italia). |