Conchillas ha sabido preservar sus tradiciones;
las construcciones por ordenamiento municipal se mantienen en forma
original, y con una población de apenas 500 habitantes,
esta ex factoría inglesa de fines del siglo XIX, que debe
su nombre a las formaciones de sus costas, se encuentra enmarcada
en un espléndido entorno natural entre
los montes naturales y el Río de la Plata.
Historia Su nacimiento está ligado a la decisión
tomada por el entonces Gobierno de Buenos
Aires, allá por el año 1880, de construir un
nuevo puerto de piedra que sustituyera el de madera, de forma de
hacer competitiva a la Argentina con
los puertos de Río
de Janeiro y Montevideo.
Así, una decisión política tomada por una élite
de gobernantes en un pequeño salón del gobierno poeteño,
era el punto de partida al nacimiento de este pueblo que guarda
la magia inigualable de casas de gruesas paredes de piedra asentadas
en cal o en barro, revocadas y pintadas de amarillo con techos
de zinc a dos aguas de color rojo. Este singular estilo arquitectónico,
casi único en el mundo ha quedado como testimonio histórico
de una época signada por el colonialismo inglés de
ese entonces.
Así, ganada la licitación para la construcción
del nuevo puerto por la compañía inglesa C. H. Walker & Co.
Ltd., previos estudios técnicos, esta empresa descubre que
del otro lado del Río de la Plata hay una zona muy próxima
con grandes cantidades de piedra y arena.
La poderosa empresa inglesa comienza la transformación del
escenario, llegan obreros calificados con máquinas, vagonetas
y vías para trenes, obreros criollos se mezclan con trabajadores
italianos, griegos, búlgaros, incluyendo esclavos para trabajos
más duros y comienza la construcción de casas para
loa operarios, hoy testimonio histórico de Conchillas.
Los ingleses marcaron a fuego la historia de Conchillas, no solo
por sus construcciones sino por sus costumbres y la imposición
de reglas propias como por ejemplo, la existencia de una moneda
fabricada por la familia Evans, que tenía curso legal sólo
dentro de la localidad (pero era aceptada en todo el territorio
nacional), con la cual se adquirían y vendían toda
clase de bienes en la misma y era con lo que los ingleses pagaban
el salario a sus obreros.
La segunda guerra mundial provocó la crisis del imperio
inglés y ello repercutió en Conchillas, e insólitamente
en el año 1951 fue vendido el pueblo entero incluido su
cementerio a dos empresarios uruguayos: Capandeguy y Urrutia, quienes
a su vez vendieron las viviendas y muchos de los campos a quienes
ya los arrendaban, que son en su mayoría los actuales habitantes,
traspasando el cementerio, la plaza y las oficinas públicas
al Municipio.
Las paredes de piedra son testigos hoy de estos hechos históricos,
leyendas, recuerdos y miles de anécdotas, y así Conchillas
en el inicio de este nuevo milenio, es de las pocas localidades
en el mundo que ha sabido preservar sus tradiciones ya que las
construcciones por ordenamiento municipal se mantienen en su forma
original, y con una población de apenas 500 habitantes,
agrega al encanto de su tranquilidad, la bonomía de su gente
y una espléndida naturaleza enmarcada por montes naturales
y el río.
En el año 1882 se aprueba el proyecto de construcción
en la zona de un puerto artificial, presentado por un influyente
comerciante de la época: Eduardo Madero. Las obras comienzan
tres años después.
Madero había logrado el apoyo de una importante financiera
de nivel mundial, la casa "Baring Brothers", de Inglaterra.
Para la construcción contaría con la holandesa "Wayss & Freitag",
que se encargaría de los edificios, y con la británica "Walker & Co." para
las obras del puerto propiamente dichas.
El 24 de octubre de 1887 (fecha simbólica de la fundación
de Conchillas) llegan representantes de "Walker & Co." a
la zona donde posteriormente se instalarían, implantando
su modo de vida, sus costumbres e, incluso, sus creencias.
La historia de Conchillas está cargada de particularidades.
Es, según dicen, el primer pueblo del interior del país
en tener energía eléctrica. La localidad tenía
un sistema de salud de avanzada para la época, en el cual
patrones y empleados aportaban a partes iguales para la asistencia
médica. Contaban con educación gratuita, un tendido
de vías férreas propio que se conectaba con las redes
nacionales y hasta una "moneda" o ficha de circulación
local.
El Pueblo de Conchillas, declarado "Monumento
Histórico
Nacional" el 24 de agosto de 1976.
La zona que hoy conocemos como Conchillas, incluidos el pueblo
de este nombre, el Pueblo Gil y el antiguo y tradicional puerto,
configuraban una valiosa extensión, que incluía el
puerto sobre el Río de la Plata, médanos, cerros
de piedra granítica y yacimientos calcáreos. Dentro
de esos campos, el 24 de octubre de 1887 nace Conchillas.
La presencia de los ingleses y su propiedad del pueblo configuran
un largo ciclo, próspero y de características muy
peculiares.
Pero repentinamente todo habrá de cambiar, a causa de la
retracción de los mercados argentinos y del deterioro que
le produjo a Inglaterra la Segunda Guerra Mundial. Las consecuencias
económicas, muy negativas entre los años 1950 y 1951,
no pueden ser sobrellevadas por la empresa, y ésta vende
sus campos e instalaciones en el año 1953, retirándose
del país.
La empresa vende el pueblo y los campos, incluyendo las casas que
figuran en los documentos como "mejoras", a dos hacendados,
los señores Capandeguy y Urrutia. Los nuevos propietarios
fraccionan y venden las casas a sus ocupantes. Muchos pobladores
se ausentan, por cuanto escaseará el trabajo, al paralizarse
la explotación de las canteras. |